Estimados lectores, ha sido una experiencia agradable el
hacer este blog y tener algunos lectores que comparten el gusto por la
programación; actualmente estoy empezando otro proyecto, muy personal, con tecnología web que espero compartir con toda la comunidad de
programadores y necesito recursos porque es algo muy personal y mi situación
financiera no es muy buena.
Si alguien desearía
apoyarme tengo una tarjeta Oxxo Saldazo
con el número: 4766-8408-7508-1593,
cualquier apoyo lo pueden hacer en cualquier tienda Oxxo o en Banamex, les
agradezco y que sus proyectos lleguen a buen fin.
Una reflexión del libro en preparación
Sentado en el sillón, sintiendo la tibia caricia del sol que se filtraba entre las palmeras, una suave brisa mecía las hojas del platanal. Estaba solo en el patio de la casa de Liza Fuentes. Era temprano apenas estaba saliendo el sol. Todo era silencio y soledad. De pronto vi la figura que se dibujaba en la puerta, era Micaela, la loquita, como le decían. Yo me acordaba de ella desde que era niño e iba a la primaria. Había sido una gran estilista y peluquera en su tiempo, atendiendo a la mejor sociedad de ese entonces. Ahora sobrevivía haciendo aseo en las casas con gran diligencia. Casi no hablaba, solo sonreía y con señas se daba a entender. Pensé que don Rey le había abierto la puerta y se había vuelto a dormir. Fui al refrigerador a ver si había alguna cerveza, encontré una oscura; la destape y me volví a sentar en el patio.
Micaela barría el patio con una escoba de varas, rítmica y pausadamente. Traía el pelo pintado de rojo; a veces daba un paso para delante, echaba la cabeza para atrás, se afianzaba en un tacón —sí, calzaba zapatilla con tacones de aguja, y sorprendentemente guardaba el equilibrio—, y lanzaba el pie hacia delante como bailando una música inaudible.
Pensé que ella no tenía preocupaciones y era infinitamente más feliz que yo y que todos las que la rodeaban.
Ella solo vivía el momento, sin preocuparse de caerle bien a todos, en su blanca sonrisa había un algo de niño, del placer de jugar, de que el mundo solo son colores, vivencias, es aire, es sol, es la brisa, es el polvo, es caminar entre desiertos, encontrando a cada paso: oasis que te hacen sonreír interiormente. Así es Micaela, es feliz. Quisiera que Mica pudiera conversar un momento con la gente que anda tan ocupada, y pudiera decirles que la virtud es la única nobleza. Echarle en cara a los que se pavonean con sus ropas, autos, propiedades, que su triunfo es efímero y que siempre sentirán otra vez el aguijón de la tristeza.
Le di el primer sorbo a mi cerveza y pensé: por eso esa gente está siempre insatisfecha, busca pleitesía como quien busca agua en el desierto. La vida es una gran comedia y así hay que vivirla. Micaela se maquillaba con mil afeites, se juntaba con las muchachas, reía de sus bromas, vio pasar a varias generaciones, y hasta el final fue y es una loquita coqueta, todos se reían de ella, pero ella estaba contenta y feliz, como un actor en comunión con su público; claro su público éramos nosotros, pobres niños y adolescentes.
—¿Que paso David?— escuche la voz de Brandon—, mire su cara pecosa y su pelo largo, era flaco como un palo, mientras se sentaba en una silla.
—Nada, estaba viendo a Micaela, se ve que está muy contenta mientras trabaja.
—¿Sabías que tuvo varias estéticas y era muy rica? —le dije a Brandon
Y todavía dicen que sigue cortando el pelo, a mi me daría miedo que me fuera a cortar una oreja o el cuello —afirmó Brandon.
—No, no creo, creo que es una persona pacifica.
—Que estabas pensando amiguito, estabas muy concentrado —dijo Brandon.
—Estaba pensando en Micaela y si vale la pena esforzarnos para tener tantas cosas materiales, fíjate, ahorita se me vino a la cabeza de que en tantos años, cientos, miles de años no hemos avanzado en nada para ser felices. Creó que era más feliz el hombre de las cavernas que vivía para la caza y la pesca y nunca pensaba más que en el momento.
—¡Ah, no juegues amiguito, yo no sería feliz sin mi Ipod sin escuchar mi música o sin poder chatear con mis amigas!
—Pues sí, pero esas son solo variantes de lo que el hombre ha tenido durante miles de años. De que nos sirve tanto conocimiento si solo ha servido para matarnos unos con otros. Yo pienso que hay que ser feliz, así como el burro de la roqueta , que no le preocupar no saber gramática.
—¿Quién es el burro de la roqueta?, me suena pero no lo ubico.
—Bueno no era un solo burro eran varios y sus descendientes, aunque dicen que fueron muriendo de cirrosis, así que los pocos que quedaban los mandaron al faro, allá en Acapulco.
—¿ Y porque murieron de cirrosis?
—Porque eran burros cerveceros, aunque felices. Dicen que por lo general eran muy decentes y nunca perdían la compostura. El burro que empezó la tradición, tomaba toda la cerveza que le daban los turistas por curiosidad de ver con cuantas se emborrachaba y nunca cayó. Pero sus descendientes cuando se emborrachaban se iban a los puestos de mariscos y picaditas y hacían destrozos, por eso al final los mandaron al faro.
—¿Bueno, entonces tú dices que la ignorancia es sinónimo de felicidad? —se burlo Brandon.
—Pues a juzgar por las personas que prefieren la ignorancia, yo diría que sí. Nada más ni nada menos, tenemos figuras públicas que afirman no leer periódicos ni libros. O a un famoso cantante amanerado que se siente orgulloso de nunca haber leído un libro. Así que yo pienso que hay muchos políticos que debían estar en el manicomio, no en la cámara. Todo lo que dicen son palabras vanas, como: respeto a la democracia, estado de derecho, conforme a la ley y demás palabrería, sabiendo que ellos son los primeros en burlarse de nuestras leyes.
—Pues si amiguito, pero la corrupción somos todos ja,ja y yo pienso que hasta cuando estemos muertos y bajemos con Caronte a ese Lago oscuro que todos algún día cruzaremos nos cobraran mordidas. Así que nosotros no vamos a arreglar el mundo, no sufras por eso amiguito, bueno además ya me voy quede de verme con el Brian en el centro, así que nos vemos.
—Sale pues, que te vaya bien.
Mi cerveza se había calentado, pero bueno le di varios tragos seguidos que me reconfortaron.
Micaela había acabado de barrer el patio y ahora lavaba los platos cantando una canción inaudible.
Pues si —seguí pensando—, para que sirvió inventar las computadoras, la bomba atómica, los rayos x, si somos más infelices todavía, dicen que las ciencias fueron inventadas por los demonios que simplemente deriva de dah/monaj o sea los que saben. Ja, ja,ja resonó otra vez la risa de Micaela, feliz, cuando miro que los pollitos corrían hacia el salvado que ella les arrojaba.
Que envidia me das, —dije entre mi—,muchas de las cosas que inventamos los hombres no las sabemos aplicar para el bien, como por ejemplo: la gramática; ella no sabe, ni yo, de esdrújulas, silabas fricativas, tiempos pluscuamperfectos, figuras retoricas, en fin que algunas cosas nunca sabemos para qué sirven, excepto para ensombrecer el sentido de las palabras.., De esa forma muchos líderes y políticos adulan al pueblo, engañándolo. Y de los escritos de muchos leguleyos, que no merecen el nombre de abogados, se rigen los negocios, aumentan las haciendas, culpan al inocente, salvan al culpable; no hay mal que aumente más, que en manos del escribano, como dijera el “Periquillo Sarniento”.
Mientras muchas personas honestas se tienen que tronar los dedos para sobrevivir, los que viven de la mentira y la simulación viajan en lujosos autos y habitan lujosas mansiones Ahh, la humanidad, nunca cambiará: Pero yo tengo el sueño de que todos, al menos ,tengamos un arranque parejo en la vida. De esa manera quisiera ser como Micaela o ser el gallo de Pitágoras. Es más feliz un simple loco pacifico; no tiene remordimientos de conciencia, no tienen miedo a la muerte, que no es poco, no le asustan fantasmas ni chaneques y menos se atormentan por tener el mejor carro, la vieja mas buena, la casa más bonita y todas las preocupaciones en que ocupamos y llenamos el vacio de nuestro días como si fuéramos a ser eternos.
Los locos pacíficos no ambicionan, ni envidian y aman a todos. Juegan y cantan y ríen. Dios es sabio y nos dio un atisbo de lo que es el paraíso. Cuando un loco sale a pasear al campo hasta las fieras se detienen, pueden jugar con serpientes venenosas, están en la misma frecuencia, la de la vida, los animales solo atacan si tienen hambre o perciben .peligro.
Me saco de mi ensimismamiento la voz de don Rey —¿Tienes dinero, David?, le tengo que pagar a Mica y ahorita no tengo.
Le extendí un billete de 50 pesos, Me termine mi cerveza, ya caliente y fui al refrigerador por otra cerveza..
Don rey se sentó y me dijo:—Ya viste que Micaela no necesita tomar nada para estar contenta, siempre anda feliz y nosotros tenemos que entrarle al tlapehue para estar medios alegrones.
—Si, eso es cierto —le conteste— ¿Usted nunca se ha puesto borracho?, siempre lo veo que se echa un trago o dos máximo y ya, se queda platicando o se va a dormir la siesta.
—Mira te voy a contar una vez que me puse bien beodo, ya tiene muchos años. Yo estaba en México y fui a visitar a un compadre que vive por la Marquesa. Pues como los dos habíamos andado de braceros en Nueva York, Chicago y hasta habíamos peleado por algunas novias, nos pusimos a recordar viejos tiempos. Estaba tan sabrosa la plática que sin darnos cuenta nos tomamos dos botellas de tequila y quien sabe cuántos litros de pulque. Yo había llegado desde la mañana y para ese rato ya eran como las cinco de la tarde. El me propuso ir a ver a un amigo, yo le dije que si, de esa manera nos fuimos caminando por las veredas. Después de mucho caminar lo perdí de vista y ya no supe donde andaba. Empecé a caminar y ya empezaba a oscurecer, no sabía ni donde andaba. Vi una especie de cabaña y camine hacia ella, me asome por la ventana, que era bastante alta, y… que crees que vi.
—No pues no sé, que vio.
Vi unas mujeres que solo había visto en películas, mujeres hermosísimas caminando desnudas. Había una chimenea donde estaban unos hombres también desnudos tomando copas, en fin una fiesta de baco.
— ¿Y no se dieron cuenta de que usted estaba en la ventana?
—No, yo creo que estaban drogados o ya muy perdidos porque no se daban cuenta de nada.
— Quien dijo que los locos no son felices, si todos de una u otra manera buscamos esa divina locura—pensé entre mí.
—¿Y qué hacían? —pregunte a don Rey.
Pues eran como seis mujeres y cuatro hombres. Se acostaban en la alfombra, en el sofá y se echaban la bebida encima. En fin eran todos contra todo. Las botellas eran como las que luego traes.
—¡Ah, Champagne!, aunque lo que yo compro se llama cava, un vino espumoso.
Pues eso se lo echaban encima y bebían un trago, y te digo que eran unas preciosas mujeres, una rubia se doblaba y era rociada de vino, mientras dos estaban sentadas en el sofá, contemplando el techo. Estuve mucho rato ahí en esa ventana, hasta que empecé a sentir mucho frio y apagaron la luz. Seguí caminando hasta llegar a la carretera, donde pedí un aventón y como pude llegue a mi casa.
—Vaya, las cosas que le pasan don Rey—Pues fíjese, que hace rato estaba pensando en Micaela y creo que ella es más feliz usted y yo, nada le preocupa, mire como canta.
—Pues yo supe que ella se volvió loca por una decepción que tuvo de joven —Afirmo don Rey.
—Pues, sea como sea, yo prefiero esa locura alegre, aunque también hay locos peligrosos. Micaela, —pensé entre mi—, como me gustaría tener tu ignorancia, tu alegría, pero en fin, yo estaba demasiado consciente, lastima margarito. Las fieras tienen conciencia de quien conserva su natural candidez y no le hacen daño, alguna vez cuando era niño sentí eso, que podía entender el lenguaje de los animales; me echaba en la hierba, veía pasar las alimañas sin temor, pero eso se perdió en algún momento.
—En la polaca también hay mucho loco—hablo don Rey—, supiste de un político desempleado que se encerraba en su despacho a jugar y perder el tiempo y en la antesala había mucha gente esperando. Era gente alquilada para hacerlo sentir importante, como cuando tenía el poder.
—Pues sí, la locura tiene muchas caras—, le dije a don Rey. La verdad tiene dos caras:. Dicen que el niño y el borracho dicen la verdad, creo que también el loco. Y lo que dice un loco aunque sean insultos es motivo de gracia Además hay dos clases de locura: la locura feliz, y la otra, la de querer dominar al mundo, en creer que uno es superior a otro.
como Hitler que odiaba a todos los judíos, porque un judío le robo a la novia y su abuela probablemente fue seducida por un judío —Dijo don Rey—.
—Pensándolo bien la inspiración es un especie de locura transitoria, así que en poetas y músicos inspirados se perciben armonías que nosotros no alcanzamos a entender. Me gusta Micaela que baila y canta con ese ritmo, esa música que alguien toca con mano maestra solo para ella. Esa felicidad que miles de toneladas de cocaína, droga y alcohol no pueden darnos. Además todos tenemos cierto grado de locura, lo único es que en qué dirección, pues si escuchamos rebuznar a un burro, pensando que es un magnifico cantante, eso es una locura de lo más común. ¿O usted que piensa don Rey?.
Don Rey roncaba a pierna suelta. Me levante y salí a la calle, donde brillaba un candente sol.
