miércoles, 13 de enero de 2010

streap tease no solo de bits vive el hombre



Estimados lectores, ha sido una experiencia agradable el hacer este blog y tener algunos lectores que comparten el gusto por la programación; actualmente estoy empezando otro proyecto, muy personal,  con tecnología web  que espero compartir con toda la comunidad de programadores y necesito recursos porque es algo muy personal y mi situación financiera no es muy buena.

 Si alguien desearía apoyarme  tengo una tarjeta Oxxo Saldazo con el número:  4766-8408-7508-1593, cualquier apoyo lo pueden hacer en cualquier tienda Oxxo o en Banamex, les agradezco y que sus proyectos lleguen a buen fin.

Haciendo caso a un amigo Argentino, ingeniero de profesión, me atrevo a publicar una escena de un libro en preparación, que estes bien.
Streap tease
Recostado en el sillón, contemplo el sol rojizo del atardecer, estoy cansado de esperar a Jaime. Suena el teléfono, el cual contesto rápidamente.
— ¿Que paso mi cuate, que ha habido?
—Nada pues aquí esperándote, ya me quiero ir.
—Mira tuve un problemita y no he podido llegar pero quiero que me hagas un favor. Quede de verme con una amiga, la que te conté que conocí en la Universidad. ¿Puedes quedarte y decirle que me espere?, no tardo en llegar.
—Bueno, está bien, aquí la espero, no te tardes.
Me volví a sentar en el sillón pensando: —A ver si no es como la gorda que vino el otro día que se acabo la botella de ron que le regale a este canijo.
Como a los quince minutos sonó el timbre de la puerta. La abrí y apareció una desenvuelta y sonriente muchacha.
Su pantalón ajustado dejaban ver que tenía un bonito trasero, la tela transparente traslucía su ropa interior, su carne era blanca, firme como quien está acostumbrado a hacer ejercicios ; su blusa dejaba ver los tirantes del brassier muy delgado, al hombro traía una bolsa negra bastante grande.
. La contemplo, ella se voltea hacia mí, sonríe, me muestra sus exuberantes pechos, desvió la mirada, pero es un imán y vuelvo a clavar la vista.
— ¿No se encuentra Jaime?
—No.., pero me dijo que no tardaría, pásale.
—Supongo que tú eres Anaximandro, por las señas que me dio Jaime de ti, pero que calor está haciendo verdad?
—Si hace algo de calor, ¿quieres un vaso de refresco?
— ¿No tendrás una cerveza?, eso me caería mejor para este calor.
—Si claro, ahorita te la traigo.
Me dirigí a la cocina, afortunadamente Jaime había dejado algunas cervezas de lata.
—Tú no te tomas una? —me dijo mientras le entregaba la cerveza.
— Mira, ayer nos tomamos algunas con Jaime y la verdad no se me antoja, pero te voy a acompañar con una copa de vino blanco.
— Estás muy serio, eres muy diferente a tu amigo.
— Serio soy hasta que me gana la risa, pero digamos salud por el gusto de conocerte.
Ella sonrió y paladeo su bebida, después de un rato dijo: — ¿Oyes si no es mucha molestia, me das permiso de bañarme?, tengo mucho calor.
—Si claro —acerté a decir y antes de que reaccionara se dirigió al baño
Al poco rato escuche el agua correr. Me senté en el escritorio desde donde se veía perfectamente la puerta del baño ligeramente entreabierta. Me imagino que el agua va bajando lentamente por su cuerpo y sus pechos opulentos detienen el agua un momento, después con voracidad se deslizan hacia el cenote más abajo, profundo y absorben las gotas de agua como doncellas en el momento del sacrificio. Ella canturrea una canción que no distingo, se ve que esta disfrutando ese momento. Me estoy poniendo nervioso, puedo ver su ropa tirada junto a la puerta. Sus zapatos están sobre la alfombra, zapatos diminutos, con broches color de rosa —¿quien demonios puede tener unos zapatos rosas—?, me imagino que hacen juego con unos coquetos calzoncitos. Me levanto, me sirvo otra copa de vino,
En ese momento entra Jaime.
—Que paso amigo, ya llego esta muchacha?
—Sí, se está bañando.
— ¿Bañando?
—Si me dijo que tenía mucho calor y se metió a bañar.
—Veo que te estás tomando una copa, sírveme una
Después de un rato Jaime se dirige a la recamara donde ella se encuentra cambiándose y pasado unos momentos reaparecen los dos, ella con el pelo ligeramente mojado y una falda.muy fresca
—Sabias que Gabriela, es bailarina?
—Algo me habías comentado, pero de que estilo: clásico, popular o de que?
—Pues un poco de todo —contesta ella sonriendo.
— ¿A poco sabes bailar la danza del vientre y esa del velo?
—Pues no soy especialista pero si, algo de eso puedo bailar.
— Pues para que veas que no soy egoísta le vamos a pedir que baile para nosotros. ¿Cómo ves mi cuate? —sonríe Jaime
—No pues estaría bien, ahorita que ya está oscuro y entra la luz de la calle.
— Pero no vengo preparada ni traigo música adecuada.
Me dirijo hacia el escritorio donde recuerdo haber visto un disco de Blues de Buddy Guy
— Yo creo que este blues servirá —le digo
— Bueno, a ver que sale y recuerden que no vengo preparada.
— Tu baila y no te preocupes ¡Ah eso si, nada de tocar eh ! —exclama Jaime
Estamos en penumbras, apenas entra un poco de luz por las ventanas, quitamos la mesa de centro, cada quien se sienta en un sillón. El vino nos hace efecto, nos sentimos relajados. Ella se toma una copa y se dirige hacia una esquina. Accionó el control remoto y comienza el blues “She got the devil her” Ella se desliza lentamente alrededor de nosotros, moviendo sensualmente las manos. Siguiendo el ritmo con su cuerpo. Se contorsiona con el blues lento, sensual, cargadas las notas de filosos cuchillos que me hieren el alma, el bajo me engancha a la tierra y esa voz desgarrada, sensual, se dispara como ondas en la penumbra, la noche ha caído. Gabriela se detiene un momento, toma una copa, estudiando con expectación la estancia, brilla su copa con destellos aguamarinos, gira en círculos la copa entre sus labios. Deja la copa y se despoja de su blusa y lentamente se acerca a Jaime para que le desabroche el sostén. Sus senos brillan a contraluz, yo me excito, ella lo nota y girando sensualmente hace quedar sus caderas delante de mis ojos. Empieza a mover las caderas al ritmo de la música , el impulso de tocarla es irresistible pero me contengo y solamente dibujo con mis manos su bello cuerpo. Ella se dirige hacia la recamara y antes que la música termine desaparece.tras la puerta.,